Tengo la gran suerte de que a mi mujer le gusta comer tanto como a mí. Para nosotros, "comer es lo más placentero que se puede hacer en esta vida con los pantalones puestos" (Karlos Arguiñano). Pues bien, a continuación, voy a hablar sobre la mejor experiencia gastronómica (almuerzo orgásmico, diría yo) que he tenido en mis 34 añitos de vida.
Era 6 de junio de 2009, mi niña cumplía 33 primaveras y de regalo, pues, viajecito a una hermosa ciudad que ya conocíamos, San Sebastián, almuerzo en el Martín Berasategui y cena en el Akelarre de Pedro Subijana (de esto, ya hablaremos otro día), casí ná pa el body. Allá vamos!!!!!
Desde Donosti cogimos un taxi, dirección Lasarte, un pueblecito que está prácticamente al lado. Llegamos al restaurante, que es un caserío típico de la zona, todo rodeado de verde en un entorno espectacular. Nada más llegar comienza el mejor servicio de hostelería que jamás he visto. Cada miembro del equipo del restaurante realiza su trabajo a la perfección. En ningún momento te sientes agobiado por el servicio y sin embargo, parece que leen tu pensamiento, saben lo que necesitas en cada momento, notas la seguridad del que se sabe maestro en su trabajo, son serviciales pero no serviles. Al contrario de lo que pasa en la mayoría de restaurantes, en los que el cliente siempre tiene la razón y es el que paga, manda y ordena como quiere las cosas, aquí no, desde el primer momento, notas que ellos (el servicio) son los que mandan, porque saben perfectamente lo que hay que hacer para que llegues al orgasmo gastronómico y entonces no te queda otra que dejarte llevar y disfrutar. Así que, el servicio, un 11 sobre 10.
Ahora toca la comida...., uummmm... ¡Memorable! Me pongo de pie y aplaudo por donde pase este tío, un monstruo este Martín. El menú desgustación constaba de: 3 aperitivos, 8 raciones pequeñas y 3 postres. Todo el mundo que me conoce, ya sabe que yo soy muy tragón, pues de quedarme con hambre, nada de nada, simplemente perfecto, en calidad, en cantidad, en equilibrio de sabores, ... ¡Madre mía, se me hace la boca agua! Simplemente genial, así que, la comida, un 12 sobre 10.
Después de casi 3 horas de velada gastronómica, disfrutando como un marranillo en un charco de barro, nos vino a saludar el mismo Martín, preguntándonos que tal habíamos comido. A mi se me caían las lágrimas y a punto estuve de darle un beso en los morros, jejejejejeje. La verdad, es que el tipo se ve muy cercano y estuvo muy simpático y nos firmó la carta del menú desgustación.
Ahí van algunas fotos, la pena es que no le hicimos fotos a todos los platos, pero bueno, allí a lo que se va es a comer. Buen provecho.
Ahí van algunas fotos, la pena es que no le hicimos fotos a todos los platos, pero bueno, allí a lo que se va es a comer. Buen provecho.
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Perlitas de hinojo en crudo, en risotto y emulsionado. |
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Ostra con clorofila de berro, rúcula y manzana; crema de lemon grass e hinojo y hierba Oxalis Acetosella. |
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Bombón de queso al aceite carabaña acompañado de endivias, jugo de cebolla roja con jamón y dados de ibérico. |
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Huevo de caserío con remolacha a la ensalada líquida de hierbas. Carpaccio de cocido vasco y queso. |
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Ensalada tibia de tuétanos de verdura con marisco, crema de lechuga de caserío y jugo yodado al "Pago de los Baldíos". |
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Pichón de Araiz hecho en asador con un hueso de pasta fresca cubierta con setas al cebollino, pequeños toques de una crema trufada. |
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Migas de carbón con yogur helado y pequeños toques ácidos de fresas, citronella y pasión. |
Para terminar este artículo, querría hacer unas cuantas reflexiones. La única lástima de este tipo de restaurantes, es que, debido a su precio elevado, no pueden ser disfrutados por todo el mundo que ama la comida, independientemente del nivel adquisitivo que se tenga. De todas formas, de los tres restaurantes con 3 estrellas michelín en los que he estado, este es el más económico (120 euros el menú degustación). Si miramos el trabajazo y la artesanía que tiene cada plato y el excelente servicio que te ofrecen, el precio es más que adecuado. Si alguien, amante de la gastronomía, ahorra 150 euros para gastárselos en una comida, sin duda, este sería el sitio. Una última reflexión sobre este tipo de restaurantes, es que, es fundamental no ser delicado y tener ganas de probar cosas nuevas, ir con la mente abierta, ya que si no te gustan algunas cosas pues lo más seguro es que no probarás unos cuantos platos y no disfrutarás de la comida en su plenitud y encima pagarás una pasta.
Mil gracias Martín, por hacerme pasar uno de los mejores ratos de mi vida.
Mil gracias Martín, por hacerme pasar uno de los mejores ratos de mi vida.